Las calles ajetreadas de la gran ciudad , rostros de gula
insaciable
el motor de la
miseria
demandando mas y
peor.
Bailaban bajo la lluvia un vals de pasos ansiosos
miradas violentas
en un ritmo insostenible , vomitaban en las esquinas
desechos de su circo
un puré de tumores a medio digerir
aliñado de verduras de bizarros colores
pasto para los lobos .
El frío hacia las horas amargas
y deliciosas las basuras.
Días de despreocupados pisotones
Noches de ebrias patadas
Sabíamos morder de vuelta.
eso les preocupaba
Los hombres de paso firme
se llevaron a el ultimo en una caja gris
sus dientes rebosantes de calidez humana roían los barrotes
como los que sostenían aquel cuello
pocos de los que lo habían probado volvían
La ciudad nos estaba matando a todos.

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