El costado ardía.
Extendiéndose por mi piel
cubriéndome de gloria.
Me vaciaba sobre el asfalto , el efímero pasar era aquello
que me honraba . No era mas que un cáliz , derramándome sobre una ciudad que
bebía con gula desperdiciando hasta mi ultima gota , consumiéndome , cayendo
por tus mejillas a borbotones ...
Madrid
te ofrezco mi ultimo trago .

No hay comentarios:
Publicar un comentario